Padre eterno, Dios piadoso,
dígnate aceptar benigno
esta Hostia, trigo nuestro,
y este Cáliz, nuestro vino.
Rebosantes de alegría,
a tu Altar nos dirigimos,
a ofrecerte nuestros dones,
de Tu mano recibidos.
dígnate aceptar benigno
esta Hostia, trigo nuestro,
y este Cáliz, nuestro vino.
Rebosantes de alegría,
a tu Altar nos dirigimos,
a ofrecerte nuestros dones,
de Tu mano recibidos.
Juntamente Te ofrecemos,
con el pan y con el vino,
cuanto somos y tenemos,
en un mismo sacrificio.
con el pan y con el vino,
cuanto somos y tenemos,
en un mismo sacrificio.
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