ESTRIBILLO:
¡Alegre la mañana,
que nos habla de Ti!
¡Alegre la mañana!
En nombre de Dios Padre,
del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche
y estrenamos la aurora.
Saludamos el gozo
de la luz que nos llega,
resucitada y resucitadora.
ESTRIBILLO.
Tu mano acerca el fuego
a la sombría tierra,
y el rostro de las cosas
se alegra en Tu presencia.
Silabeas el alba,
igual que una palabra.
Tú pronuncias el mar
como sentencia.
ESTRIBILLO.
Regresa desde el sueño,
el hombre a su memoria.
Acude a su trabajo,
madruga a sus dolores.
¡Alegre la mañana,
que nos habla de Ti!
¡Alegre la mañana!
En nombre de Dios Padre,
del Hijo y del Espíritu,
salimos de la noche
y estrenamos la aurora.
Saludamos el gozo
de la luz que nos llega,
resucitada y resucitadora.
ESTRIBILLO.
Tu mano acerca el fuego
a la sombría tierra,
y el rostro de las cosas
se alegra en Tu presencia.
Silabeas el alba,
igual que una palabra.
Tú pronuncias el mar
como sentencia.
ESTRIBILLO.
Regresa desde el sueño,
el hombre a su memoria.
Acude a su trabajo,
madruga a sus dolores.
Le confías la tierra,
y a la tarde la encuentras,
rica de pan
y amarga de sudores.
ESTRIBILLO.
Y Tú te regocijas,
oh Dios, y Tú prolongas,
en sus pequeñas manos,
Tus manos poderosas.
Y estáis de cuerpo entero,
los dos así creando,
los dos así,
velando por las cosas.
ESTRIBILLO.
Bendita la mañana,
que trae la gran noticia,
de Tu presencia joven,
en gloria y poderío.
La serena certeza,
con que el día proclama,
que el sepulcro de Cristo
está vacío.
ESTRIBILLO.
y a la tarde la encuentras,
rica de pan
y amarga de sudores.
ESTRIBILLO.
Y Tú te regocijas,
oh Dios, y Tú prolongas,
en sus pequeñas manos,
Tus manos poderosas.
Y estáis de cuerpo entero,
los dos así creando,
los dos así,
velando por las cosas.
ESTRIBILLO.
Bendita la mañana,
que trae la gran noticia,
de Tu presencia joven,
en gloria y poderío.
La serena certeza,
con que el día proclama,
que el sepulcro de Cristo
está vacío.
ESTRIBILLO.
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