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Caminando en esperanza



La Piedad y el Amor,
ésta es la alianza en el camino
que me acerca a Dios.
Que es la luz y es la voz
de un pueblo que siente su dolor
abrazando su cruz.

Padre eterno, dame tu bondad,
sálvame y guíame al andar.
Caminando en Esperanza
con la Fuerza de la Fe,
que hay en mí, Señor.


Jesucristo, nuestro Redentor,
que del mundo fuiste el Salvador,
diste tu vida en la Cruz, con amor,
por nuestra condición
de ser hijos de Dios.

¡Espíritu Santo, dador de la vida,
ardor misionero de Pentecostés!

La Piedad y el Amor,
ésta es la alianza en el camino
que me acerca a Dios.

Que es la luz y es la voz
de un pueblo que siente su dolor
abrazando su cruz.


Virgen Madre, Pura Concepción,
no hay consuelo para tu dolor.
Dulce Esperanza, bendita humildad,
Pureza y Caridad de Reina Celestial.

¡Y a Ti, Padre eterno, Amor infinito,
Señor de la Historia, la gloria y honor!

La Piedad y el Amor,
ésta es la alianza en el camino
que me acerca a Dios.
Que es la luz y es la voz
de un pueblo que siente su dolor
abrazando su cruz.

Padre eterno, dame tu bondad,
sálvame y guíame al andar.
Caminando en Esperanza
con la Fuerza de la Fe,
que hay en mí, Señor.



Queremos construir una ciudad



Queremos construir una ciudad,
una ciudad en paz.


Queremos confirmar en el altar
nuestra fraternidad.
Sin que haya esclavos,
ni haya señores, que no puedan
cantar nuestra canción.
Sin que haya clases, ni diferencias,
que impidan compartir un mismo pan.

Todos tenemos los mismos derechos,
todos tenemos los mismos deberes,
todos tenemos un mismo Padre,
un mismo cielo.
Todos tenemos un mismo Padre,
un mismo cielo.


Queremos construir una ciudad,
una ciudad en paz.

Queremos alcanzar la libertad,
fruto de la verdad.
Allá, entre todos, compartiremos
las penas, el esfuerzo y el amor.
Allá, entre todos, descubriremos
que el grano de semilla floreció.

Todos tenemos un mismo maestro,
todos tenemos un mismo evangelio,
todos tenemos un mismo Padre,
un mismo cielo.
Todos tenemos un mismo Padre,
un mismo cielo.


Queremos construir una ciudad,
una ciudad en paz.

Queremos confirmar en el altar
nuestra fraternidad.


Yo soy el Pan Vivo



ESTRIBILLO:
En verdad, en verdad os digo:
“Yo soy el Pan vivo, del cielo bajé”.


Conocimos tu rostro divino,
al fin del camino, allá en Emaús.
Descubrimos en Ti al Mesías,
cuando Tú partías el pan del Amor.

ESTRIBILLO.

Tú estás a la puerta y llamas,
yo sé que me amas y quieres entrar.
Ya está puesta la cena en la mesa,
según tu promesa, podemos cenar.

ESTRIBILLO.

El que come mi carne divina,
tendrá eterna vida,
en mí mora y yo en él.
Y mi carne en verdad es comida,
mi sangre bebida, nos dice el Señor.

ESTRIBILLO.

Vuestros padres allá en el desierto,
comieron y han muerto,
comieron maná.
Y el pan del Señor verdadero,
desciende del cielo y la vida nos da.
ESTRIBILLO.

Y los hombres aquellos dijeron:
“Señor danos siempre
a comer de este pan”.
Y al mundo mostrar que he venido,
viviendo unidos en gracia y en paz.

ESTRIBILLO.

No te vayas Jesús que anochece
y el peligro crece si te vas Señor.
Es mi Padre que os da el verdadero,
en verdad, pan del cielo y la resurrección.

ESTRIBILLO.

Junto a Ti soy feliz, nada anhelo,
mi pecho es un cielo, aquí mora Dios.
Qué dulzura Jesús si un abrazo,
como dulce lazo nos une a los dos.

ESTRIBILLO.

Si me aparto Jesús de tu lado,
gimiendo y turbado camino al azar,
y no es mucho que gima, Dios mío,
también gime el río buscando la mar.

ESTRIBILLO.